AL:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.
LOS SOLSTICIOS, SU RELACION CON JANO Y LOS SAN JUANES
Qué miras, Copérnico ? le preguntó un sacerdote al astrólogo en su celda. Miro el orden en el caos, le reponde. Luego de un corto silencio, nuevamente pregunta el sacerdote: y qué es lo que buscas? a lo que responde: una señal que responda a mis numerosas preguntas.
INTRODUCCION
Las culturas antiguas tenían particular respeto y dedicación a la astronomía y de manera especial al Sol, a cuyo estudio y ofrenda dedicaron gran cantidad de sus templos. Por ello se les daba a los solsticios especial atención, puesto que son precisamente los momentos del año cuando el sol llega a sus puntos más lejanos de oscilación entre el Sur y el Norte, en junio (Cáncer) y diciembre (Capricornio) ; es decir, en el momento que en el Astro Rey tiene su máxima declinación meridional (al sur) o septentrional (al norte), aparentando detenerse (de ahí el termino latino Sol – Stitium) para iniciar su camino pendular de regreso hacia el otro extremo.
DESARROLLO
Desde las épocas más remotas y prácticamente en todas las civilizaciones se han festejado las fechas en que se presentan los solsticios: en Roma, se dedicaban al Dios JANO, representativo del Sol, quien presidía los comienzos, las iniciaciones (en latín INITIUM, INITIARE) y en particular el ingreso del Sol en los dos hemisferios celestes.
Los antiguos romanos contaban entre su nutrido panteón de dioses con la figura de Jano (Janus en latín), el dios de los solsticios. Era también el dios de las puertas, de todos los inicios y de los finales, lo más destacado era su representación con dos rostros, cada uno de ellos mirando en direcciones opuestas. De ahí que se le denomine también como Jano bifronte. Así, el solsticio de verano era llamado janua inferni, la "puerta del infierno" o de los hombres, y el solsticio de invierno, janua coeli, la "puerta de los dioses". Además de patrón de los constructores, Jano era para los romanos el dios de la iniciación a los misterios. Era la «puerta», no sólo solsticial, sino también iniciática. Esta devoción se transmitió a los canteros medievales y pasó a la iconografía y la religión cristiana bajo el culto a los dos «san Juan»: el Bautista, que tiene su festividad el 24 de junio (solsticio de verano), y el Evangelista, que tiene su festividad el 27 de diciembre (solsticio de invierno).
El nombre JANUS o JANO tiene un parecido muy singular con el de JUAN y no es por casualidad que éste fue puesto por la tradición judeocristiana en el exacto lugar de aquel.
Filológicamente el nombre JUAN, en Hebreo Johan, en Griego Joánes, en Persa Jehan, en Salio Jánes, en Francés Jean, en Inglés John, en Alemán por radical la Johann tiene voz semítica JAN.
También tiene una estrecha relación con el dios GANESA, el “señor de las dos vías” de la tradición hindú. Si tomamos el nombre hebreo JEHOHANNAN, resulta que su traducción es “Agraciado o favorecido de Dios”, es decir, iluminado, iniciado. Por lo tanto el hecho de reconocerse como hermano o discípulo de Juan dentro de nuestra organización es de lo más correcto, dado nuestro carácter iniciático y tendiente al perfeccionamiento. Etimológicamente, la palabra Juan se relaciona con el vocablo latino JANUA, en castellano “puerta”, de donde a su vez deriva la palabra JANUARIUS o enero, inicio. En este contexto, es interesante resaltar el significado de puerta lo tiene también la letra griega “Delta”, que tiene la forma de un triángulo, forma empleada por los antiguos para el diseño de las puertas de acceso a los templos iniciáticos.
También tiene una estrecha relación con el dios GANESA, el “señor de las dos vías” de la tradición hindú. Si tomamos el nombre hebreo JEHOHANNAN, resulta que su traducción es “Agraciado o favorecido de Dios”, es decir, iluminado, iniciado. Por lo tanto el hecho de reconocerse como hermano o discípulo de Juan dentro de nuestra organización es de lo más correcto, dado nuestro carácter iniciático y tendiente al perfeccionamiento. Etimológicamente, la palabra Juan se relaciona con el vocablo latino JANUA, en castellano “puerta”, de donde a su vez deriva la palabra JANUARIUS o enero, inicio. En este contexto, es interesante resaltar el significado de puerta lo tiene también la letra griega “Delta”, que tiene la forma de un triángulo, forma empleada por los antiguos para el diseño de las puertas de acceso a los templos iniciáticos.
Una corriente de estudiosos de la Masonería que asocia la fiesta solsticial masónica con San Juan el Limosnero, Gran Maestro de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, Orden creada en el siglo XIII. La Iglesia Católica lo canonizó bajo el nombre de Juan el Limosnero o Juan de Jerusalén. De alguna forma se le considera el precursor de la Cruz Roja Internacional. También se afirma que el puesto de Hermano Hospitalario, que es regular en los cuadros logiales de nuestra Orden tanto en sus símbolos como en sus funciones son reminiscencias de este personaje.
Dentro de nuestro sistema simbólico ritualistico se celebran las fiestas solsticiales desde dos puntos de vista; el primero Místico como amor a Dios y el segundo Astronómico como amor a la Naturaleza. Desde el punto de vista místico y espiritual, le dedicamos el 24 de Junio con una Tenida especial a San Juan Bautista y otra el 21 de diciembre a San Juan Evangelista; a San Juan Bautista por la firmeza y fidelidad inmutables con que soporto el martirio antes de cometer una falta o traición a su Maestro, por su reprobación del vicio, y por su continua predicación del arrepentimiento y la virtud. Esas aptitudes, doctrinas de nuestra institución, así como la fidelidad que debemos guardar a nuestros hermanos, el soportar toda penalidad por defender nuestra filosofía, buscar el combate de nuestras pasiones, el arrepentimiento de nuestros errores cometidos y el combate de nuestros vicios, hizo pensar a nuestros pasados hermanos que era San Juan Bautista un filosofo y ejecutor de nuestro raciocinio filosófico; por tal motivo fue llamado patrón de los Francmasones. San juan evangelista También se le conoce como San Juan el Divino. Primero fue discípulo de Juan el Bautista y luego de Jesús, que le hizo apóstol y le llamo, junto a su hermano Santiago, boanerges (del griego, ‘hijos del trueno’) por su celo. Según la tradición, durante el periodo de las persecuciones romanas, huyó a la Isla de Patmos, donde se cree que escribió el Apocalipsis, o Libro de la Revelación, después viajo a Efeso y las mismas tradiciones dicen que escribió tres cartas y el cuarto Evangelio. En Asia Menor se le venera como Patrón y en las pinturas se le representa con varios emblemas, entre ellos el águila le identifica como Evangelista y un caldero hace referencia a la tradición que asegura que sobrevivió al martirio de ser sometido a estar dentro de una caldera con aceite hirviendo.
LOS SOLSTICIOS
Solsticio, derivado del latín solstitium, sol (el astro) y stitum (detención). La detención del sol que marca el tiempo en que este se halla más lejos del Ecuador y en que parece quedarse varado en los mares del universo unos días. Astronómicamente, los solsticios se realizan cuando el sol se encuentra cruzando el Trópico de Cáncer (verano), haciendo que los días sean más largos, en el hemisferio boreal, ocurriendo todo lo contrario en el Trópico de Capricornio (invierno), en el hemisferio austral. La etimología de Hemisferio: Proviene del latín y a su vez del griego; de hemi = medio y sphaira = esfera. Es el nombre que se le otorga a la mitad de las esferas terrestre y celeste, según corresponda.
Los hemisferios terrestres son: El hemisferio norte o septentrional. Y el hemisferio sur o meridional. La línea del centro, la que sirve de división a los hemisferios es llamada la línea ecuatorial o el ecuador de la Tierra. Los cuatro extremos de la logia representan a los puntos cardinales. Cada uno de ellos está en correspondencia con uno de los elementos vital y una estación y por ende, con los equinoccios y los solsticios: El Solsticio de Invierno al Norte; el Equinoccio de Primavera al Oriente; el Solsticio de Verano, al Sur; y el Equinoccio de Otoño al Oeste. Si el simbolismo solar tiene una relación evidente con el día, el simbolismo polar lo tiene de manera equivalente con la noche.
Los hemisferios terrestres son: El hemisferio norte o septentrional. Y el hemisferio sur o meridional. La línea del centro, la que sirve de división a los hemisferios es llamada la línea ecuatorial o el ecuador de la Tierra. Los cuatro extremos de la logia representan a los puntos cardinales. Cada uno de ellos está en correspondencia con uno de los elementos vital y una estación y por ende, con los equinoccios y los solsticios: El Solsticio de Invierno al Norte; el Equinoccio de Primavera al Oriente; el Solsticio de Verano, al Sur; y el Equinoccio de Otoño al Oeste. Si el simbolismo solar tiene una relación evidente con el día, el simbolismo polar lo tiene de manera equivalente con la noche.
La noche no representa entonces la ausencia o privación de la Luz, sino su estado primordial de “No Manifestación” . Así, si la culminación del sol visible o “material” (manifestado) ocurre al medio día, la del sol “espiritual” se ubica simbólicamente a la media noche. Por eso antiguamente se decía que los iniciados en los grandes misterios “contemplaban el sol a media noche”.
El amanecer y el atardecer, son intermedios del medio día y la media noche y forman conjuntos simbólicos similares entre sí; Alba y ocaso corresponden respectivamente al oriente (primavera) y al poniente (otoño). Así, dentro de logia hay un doble transcurrir horizontal de oriente a poniente y vertical de norte a sur cuyos ejes confluyen precisamente en el Ara, justo al Centro de la Bóveda Celeste, donde se ubica la Estrella Micro cósmica o Polar. Dentro del Templo Masónico tenemos un conjunto simbólico polar – solar digno de ser estudiado con detenimiento:
Desde el punto de vista Solar, el no nacido, colocado en el Occidente, al centro de las columnas solsticiales (equinoccio de Otoño) Norte (invierno) y Sur (verano), mira a través del Ara (centro, eje) al Ven:. M:. (el Sol), colocado en el Oriente en su punto intermedio o central (equinoccio de primavera).
Desde el punto de vista Polar, el neófito circula dentro del templo como los signos zodiacales (12 Columnas) alrededor de la estrella polar (Ara) en su recorrido eterno por los cuatro puntos del espacio y del tiempo. Las fiestas solsticiales tienen su presencia en la iconografía de los templos masónicos, de ahí la presencia del sol, la luna y la bóveda celeste. Los solsticios marcan la marcha del sol durante los doce meses del año, representados por los doce signos zodiacales que se encuentran alrededor del templo.
. Los solsticios representan la armonía cósmica, que permite observar, año tras año, como se cumplen con asombrosa regularidad, de acuerdo a las leyes físicas de su relación con la tierra, prolonga los días o las noches, haciendo que la naturaleza cumpla inexorablemente sus ciclos biológicos.
Para él hombre, el invierno es como la incomprensión, la deslealtad, el halago de los mediocres, el acomodo, la crueldad de los ambiciosos y el descaro del intolerante para defender su obsesión. Sabe que su convivencia con la naturaleza no es fácil, pero es bastante más difícil su relación con la destrucción, la opresión, la injusticia y la desigualdad humana.
En primavera, en cambio, trae la serenidad, porque la naturaleza renace con todo su esplendor, el sol retoza amablemente entre los valles y montañas, permitiendo a toda forma de vida vegetal reverdecer y florecer, llenando el mundo con pinceladas de múltiples colores y agradables aromas.
CONCLUSION
Al celebrar y simbolizar el solsticio, los masones sacralizamos el tiempo en nuestras tenidas, al trabajar ritualisticamente de mediodía noche, nos salimos del tiempo uniforme del mundo profano e ingresamos a otro tiempo en el que todo se hace simbólico. El simbolismo del solsticio o Jano bifronte, encierra un aspecto de temporalidad, es la representación del pasado y el porvenir; es decir, en términos masónicos, el reconocimiento y la esperanza.
Comúnmente se asume como patronos de la masonería universal conocida como simbólica o azul a Juan Bautista y a Juan Evangelista en los que se representa las dos fiestas solsticiales emanadas de la antigüedad, el primero de la del verano y de la del invierno, el segundo.
LOS SOLSTICIOS representativos del ideal iniciático, simboliza, al igual que el Delta griego, la puerta de entrada a la verdadera iniciación e indica perfectamente que en la Mas:. tenemos y tomamos a nuestros viejos usos y costumbres como Piedra Fundamental del desarrollo de nuestras actividades; pero en lugar de estancarnos viviendo del pasado, debemos y tenemos la obligación de utilizarlas con miras al futuro para ser mejores y hacer mejoras en beneficio de nuestras familias, de nuestra comunidad, de nuestra nación y del mundo.
De tal forma, la expresión “Logia de San Juan” –Logia del Sol, de la Luz creadora-, viene a ser el apelativo de toda asociación de “Iniciados”, es decir, de seres humanos que transitan en el camino hacia la auto trascendencia mediante la Iniciación, término que aplicado en su sentido más general se emplea para designar a todos los que han sido admitidos en los misterios iniciáticos.